En su libro "El lado positivo del Fracaso" John Maxwell expone lo siguiente en lo que se ha dado por llamar "Reglas para el Ser Humano"
Regla 1:Usted tiene que aprender lecciones.
Regla 2:
No hay faltas, solo lecciones.
Regla 3:
Una lección se repite hasta que se aprende.
Regla 4:Si no aprende las lecciones fáciles, se hacen más difícil.
(El dolor es una forma en que el universo consigue que se le preste atención.)
Regla 5:Usted sabrá que ha aprendido una lección cuando sus acciones cambien.
Cuando tomamos el tiempo para examinar nuestro pasado y somos sinceros con nosotros mismos no queda otra sino reconocer que la repetitividad de nuestros errores es debido a que no hemos aprendido la lección de la experiencia pasada. El objetivo de Dios al permitir nuestros errores, incluyendo las caídas más duras que pudimos haber experimentado en las garras del pecado, es que aprendamos una lección de vida que nos sea útil para perfeccionar nuestro ser y al mismo tiempo pueda ser aprovechada para que otras personas adquieran conocimiento y sabiduría a través de lo que hemos pasado. Ejemplo claro de esta situación se convirte el apóstol Pedro. Lea conmigo este pasaje:
Mat 26:40 "Vino entonces a los discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ?Conque no pudisteis velar una hora conmigo? Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil"
No seamos tan severos en juzgar a Pedro. Todos hemos pasado por esa situación. Sabemos lo que hay que hacer y no hemos logrado mantener la suficiente atención en lo que debemos hacer. Nos "adormecemos" fácilmente y hemos sido presa de la tentación. La repetitividad de nuestras faltas obedece a la falta de percepción que hemos tenido de los obstáculos que nos han hecho caer. Todos hemos estado dispuestos a serles fiel a Dios, pero todos nos hemos encontrado en repetidas ocasiones haciendo lo que no debemos. La falta de atención en lo que hacemos nos lleva inevitablemente a fallar a Dios de la forma en que todos sabemos lo hizo Pedro:
Mat 26:69-75 "Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas. Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno. Y otra vez él lo negó con juramento: ˇYo no conozco a ese hombre! Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ˇYo no conozco a ese hombre! Y al instante un gallo cantó. Y Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente."
?Se logra identificar con esta situación?
?Se logra identificar con esta situación? Yo también.
?Cuántas veces nos hemos encontrado negando a Cristo con nuestras acciones contrarias a su voluntad? El llanto amargo de nuestra alma nos carcome por dentro y por momentos sentimos que no existe la oportunidad para volver a levantarnos. Pero el Dios de todas las misericordias nos presenta esta nueva oportunidad. Pedro la tuvo y la supo aprovechar. Pedro la recibió y no perdió la ocasión para afianzarse de ella y resurgir del lodo de la traición en que se había hundido. Pedro aprendió de la experiencia y la compartió con todos nosotros. Lea lo que nos escribió en una de sus cartas:
1Pe 5:8 "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;"
Me parece ver a Pedro con sus dedos llenos de arrugas sosteniendo la pluma, mientras cerraba sus ojos y recordaba ese momento de traición y diciéndose a sus adentros "Si tan sólo hubiera velado y estado atento... ˇCasi me come el león!". En estas palabras Pedro encierra el consejo de un hombre que en carne propia sufrió el dolor de la caída. "Yo sé lo que es no estar atento - nos diría - No velé cuando a mí me dijeron que lo hiciera. No cometan ese error. Y ahora aprovechen de mi experiencia. Aprovechen la suya propia. No dejen en saco roto la enseńanza que el dolor les pudo haber dejado".
żQué ha hecho con las lecciones que la vida le ha dado? żHa estado aprendiendo de los errores que ha cometido para corregir el rumbo? Sería bueno que pudiéramos examinar nuestro pasado y mediante preguntas básicas evaluar el grado de aprendizaje que hemos estado teniendo basado en los errores que hemos cometido:
• żCuáles son las cosas que aún me siguen siendo estorbo y que no he eliminado?
• żQué tipo de compańías alimentan mi mente para poder caer?
• żQué situaciones siguen siendo recurrentes en mi vida que me llevan a estar en peligro de caer?
• żQué medidas debo de tomar para proteger mi vista, oídos y alma en general que hasta el momento no he hecho?
• żQué aporte puedo brindar a otros de lo que me ha pasado para evitarles el mismo dolor?
Si su vida ha atravesado el dolor de haberle fallado a Dios, aproveche ese dolor para aprender de él. Nuestro errores pueden ser excelente aliados en el descubrimiento de cómo podemos corregir nuestra vida y las cosas que debemos evitar hacer. Dios está interesado en que aprendamos de nuestros errores y en la mezcla perfecta de valorar su misericordia podamos emerger como personas Libres en Cristo para ser útiles en sus manos y llevar un mensaje de consuelo, respaldo y ayuda apoyado en nuestra propia experiencia. No podemos seguir viviendo la vida oculta e irreal del mundo cibernético. Un día todo saldrá a la luz. Un día no abrirán nuestros archivos electrónicos, sino abrirán el Libro de la Vida. Allí estará escrito y será revelado todo lo que hayamos guardado con la más segura contraseńa. Un día TU partirás y quedará atrás de ti todo lo que celosamente has guardado. Tu legado a la humanidad será que saldrá a luz tu secreto mejor guardado.